La Junta de Extremadura con el PROYECTO ÍTACA, destinará casi 8 millones de euros para conectar el mundo educativo con el laboral

La Junta de Extremadura destinará al Proyecto Ítaca casi 8 millones de euros para conectar el mundo educativo y el laboral, a través de un nuevo modelo de intervención, del que se podrán beneficiar casi 6.700 personas en una primera estimación, según ha informado la consejera de Educación y Empleo, Esther Gutiérrez Morán.Acompañada por el secretario general de Empleo, Javier Luna, y el director general de Formación Profesional y Universidad, Juan José Maldonado, la consejera presentó este nuevo proyecto, que es “un nuevo modelo de intervención basado en la Orientación Ítaca, sistema integral que actuará como un médico de familia, acompañando a las personas en todo momento a través de la creación conjunta de itinerarios personalizados que mejoren las competencias de las personas para que tengan más fácil su integración en el mercado laboral”.


Para los nuevos cursos que pondrá en marcha el programa, se espera contratar a un gran número de docentes, que saldrán de las listas de interinos, por lo que “dependiendo de las matriculaciones, estimamos que se podría contratar a un máximo de 135 docentes”, unos profesionales que adquirirán antes una formación específica, basada en técnicas de motivación y entrenamiento, según la consejera.

El Proyecto Ítaca va a estructurar gran parte de las medidas conjuntas de las áreas de Educación y Empleo en un programa en el que, cada año, se incorporarán nuevas iniciativas, ampliando el público al que van dirigidas.

En Extremadura hay más de 30.000 personas inscritas en el Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE) que no tienen el título de ESO, y de ellas, más del 75 por ciento son parados de larga duración, “datos que demuestran que el desempleo es más persistente entre las personas con menor formación y, por eso, es hacia este colectivo hacia el que se van a centrar los mayores esfuerzos del Proyecto Ítaca”, subrayó Gutiérrez Morán.

Con estas premisas nace el Proyecto Ítaca, que es “el vehículo que esta Consejería pone a disposición de las personas para guiarlas en su camino hacia el empleo y ayudarles a superar los obstáculos que surgen a lo largo del camino, para conseguir personas más competentes y que tengan más fácil integrarse en el mercado laboral”.

A lo largo de un año, en la Consejería de Educación y Empleo se han analizado las características del mercado laboral y productivo en la región, desgranado la población demandante de empleo para segmentarla en grupos concretos en función de sus necesidades específicas. El fruto de todo este trabajo es la creación de un proyecto integral que atiende a las personas en desempleo y las orienta a través de un itinerario personalizado y adaptado.

Un elemento esencial que diferencia el Proyecto Ítaca de cualquier otro es que “vamos a incluir, en todas las acciones que pongamos en marcha, el trabajo en competencias fundamentales como son las habilidades sociales y de comunicación, la motivación, la autoestima, el liderazgo o la resolución de problemas, las que se denominan competencias genéricas”, dijo Gutiérrez, quien añadió que otro de los elementos identificadores, la piedra angular del Proyecto Ítaca, es el modelo de orientación”.

Hasta el momento, cuando un joven fracasaba en el sistema educativo se quedaba desatendido. Este modelo soluciona esta carencia, proponiendo un método de orientación mixta, “una propuesta integradora, compartida por los profesionales de la orientación en los centros educativos y la orientación en los centros de empleo”.

La Orientación Ítaca es un proceso en el que se atenderá, de forma individualizada, a cada persona, analizando sus circunstancias, motivaciones y puntos débiles, para poder diseñar un itinerario personalizado y derivarle hacia las opciones que más se adapten a sus necesidades.

“Queremos facilitar las transiciones recíprocas entre el sistema laboral y el educativo, primando la prevención del abandono escolar, facilitando el retorno a la educación reglada o, en último caso, guiando a través de la formación para el empleo”.

En opinión de Esther Gutiérrez ,“no podemos combatir el desempleo con programas puntuales y poco meditados como la llamada ‘ESO de los 1.000 euros’, un programa que nunca gustó, por su esencia de ofrecer dinero como premio a cambio de formarse. Hemos hecho el esfuerzo de analizarlo bien, con la intención de extraer aquello positivo que se pudiera utilizar, y el resultado es peor de lo que esperábamos, pues el programa fue abandonado por el 80 por ciento del alumnado matriculado antes de terminar la formación.

Además, en palabras de la consejera, un reciente estudio de investigadores de la UEx demuestra que no consiguió tener ‘efecto llamada’ pese a su supuesto atractivo. Los datos de personas formadas durante ese periodo indican que la ‘ESO de los 1.000 euros’ no tuvo ninguna incidencia y, literalmente, es como si no hubiera existido.
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