Esta ley no ha sido reclamada por la sociedad ya que únicamente el 0,2 por ciento considera que hay un problema de seguridad pública y que, por lo tanto, su único fin es coartar las protestas de los ciudadanos por hechos como las dificultades que sufren debido a la crisis y a los recortes presupuestarios.
La Ley Mordaza es una excusa del PP para contrarrestar las manifestaciones de una forma muy parecida a la del franquismo.
Esta es la vieja idea “fraguista” de que ‘la calle es mía’, a la que hay que enfrentar el concepto de que se sancione cuando proceda pero siempre de una forma plenamente garantista.
Frente a ese legítimo derecho de los ciudadanos el PP saca una ley de seguridad ciudadana que nadie había pedido, esta norma ha sido denunciada por todos los grupos del parlamento.
Con esta legislación de bases ideológicas conservadoras el ciudadano crítico se convierte en un peligro para la sociedad, quien, por escalar un andamio para colgar una pancarta, recibirá una respuesta desproporcionada del Gobierno del PP.