Lamentablemente, no es así. Gracias a la inestimable ayuda interesada de IU Extremadura, Monago no se ha sentido solo.Y en compañía -¿o deberíamos decir complicidad?- han sido capaces de contribuir a que el drama humano aumente en Extremadura.
Monago afirmó en su día que si era incapaz de bajar en una sola persona el desempleo “heredado”, su gestión sería un fracaso. Al mismo tiempo, Guillermo Fernández Vara se hacía responsable de cada uno de los desempleados sumados en su gestión -jamás excluidos del sistema de protección-. Son formas de entender la política, pero también la vida. No hay propagandista que cambie frivolidad por compromiso, anuncio vacío por medida concreta.
En la actualidad, en este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, podemos decir que, en los términos que Monago entiende el fracaso, su gestión es, evidentemente, un fracaso: 40 mil desempleados más provocados por la desidia y el deshonor de dar la espalda a los más débiles.
Miles de familias extremeñas pasarán el invierno sumidos en la pobreza energética. Miles de desempleados se sumarán a la desprotección social de un gobierno insensible con la realidad cotidiana. Seguirán acabándose las becas, los transportes escolares brillarán por su ausencia, los libros serán prohibitivos a la vez que no devuelven el copago farmacéutico a los pensionistas.ç
Y como si fuera poco se siguen riendo a la cara de la gente. ¿Dónde está la Renta Básica? Este juego de pancartas y mentiras a costa del sufrimiento ajeno ha de acabar para que, al menos en Extremadura, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, sea una jornada de trabajo real y comprometido y no la pantomima que viviremos en sus actos oficiales sin gente “de verdad”
