Y es que tras dejar en desempleo a unas 40 personas trabajadoras de las ya desaparecidas ARIs, la situación no acaba de normalizarse. Por un lado, la Consejería de Educación y Cultura no ha firmado convenio alguno con ayuntamientos o mancomunidades para establecer la relación entre estos y el personal desplazado de la Junta. Y por otro, el desentendimiento entre administración regional con administración local y técnicos se ha trasladado incluso a la disponibilidad de recursos materiales y personales a la hora de llevar a cabo tareas esenciales.
Todo esto demuestra una vez más la improvisación con la que actúa el gobierno de Monago, priorizando la eliminación de lo ya existente sobre la planificación y la buena gestión.
Por otra parte, aún estamos a la espera de conocer algo más de la nueva figura del agente rehabilitador que iba a ponerse en funcionamiento en el mes de enero, sin saber aún si la desaparición de un servicio público como lo eran las ARIs va a dar paso a un nuevo modelo de privatización ligado al patrimonio histórico.