Ahora cargan contra el mundo local, responsabilizándolo del déficit público, cuando la Administración Local ha sido la más diligente en la gestión del dinero público, salvo algún Ayuntamiento, como el de Madrid con Gallardón al frente.
La situación en la que nos encontramos se resume fácilmente: los banqueros y el poder financiero organizaron una fiesta en la que solo ganaron ellos, sus pérdidas, más de cien mil millones de euros, la estamos pagando los españoles y más aún en zonas que necesitan inversión pública como Extremadura, donde el gobierno del maquillado Monago ha aumentado el paro en más 180 mil personas.
Un año te matan a golpes pero te regalan una tirita y sacan el titular, el siguiente invertirán el diez por ciento de lo que les dejamos y dirán que es un plan de empleo profundo que dará trabajo a tres mil personas cuando su desidia de taberna sórdida dejó en la calle a más de 80 mil.
Estamos en manos de un espontáneo con gestión mediática que prefiere codearse con Simón Peres que con las trabajadoras y trabajadores de Fuentecapala, con Felipe González que con hombres y mujeres de los Campamentos Dignidad de Plasencia, Mérida o Almendralejo.
Monago o Rajoy, Rajoy o Monago ¿qué diferencia hay? Ninguna, son lo mismo y cabalgan juntos a lomos de mentiras, incumplimientos electorales, marketing y fuegos de artificio donde lo público poco importa, están empeñados en cargarse el municipalismo, obedeciendo a los mercados y vendiendo a la ciudadanía al supremo interés de la economía neoliberal.
Piden austeridad, pero viven con sueldos y sobresueldos, por cierto ahora que supimos lo que cobraba Floriano, nos preguntamos: ¿será el único dirigente del PP extremeño y cacereño que cobraba sobresueldos? Queremos que los periodistas publiquen, de una vez por todas, todos los nombres, queremos saber quién es quién en este “pan y circo” de la derecha del tarot y la astrología.
Van a por todo para cimentar el poder de las élites de las décadas venideras. Ahora tocan los Ayuntamientos, antes fue la sanidad, la educación, las relaciones laborales, la dependencia, la solidaridad internacional, las prestaciones por desempleo, las becas…ahora nos toca parar este desenfreno de destrucción del mundo rural, por eso es imprescindible luchar contra la reforma local y terminar con este descabellado y destructivo plan. Quieren acabar con nuestros pueblos y empezaron por los servicios, siguen por las infraestructuras y concluirán eliminando elAEPSA, antiguo PER, de una forma u otra quieren que nuestros pueblos mueran.
Hoy, quien firma estas líneas, avisa. Espero que mañana no sea demasiado tarde.