Desde que llegaron al Gobierno Central, los populares se fijaron como uno de los objetivos prioritarios la reforma educativa: pero no una reforma en aras de la igualdad, la equidad y la justicia; una reforma ideológica que se materializará, si no lo remediamos, en una LOMCE que lo único que habrá tenido de positivo es haber unido a toda la comunidad educativa en su contra.
Durante estos meses del curso 2012/2013 se han perdido cientos de puestos de trabajo entre los docentes en Extremadura (miles en toda EspañaI); se han perdido ayudas en las guarderías municipales, 146 rutas de transporte escolar, aulas matinales, ayudas para comedores escolares,; los Conservatorios y escuelas oficiales de idiomas también han sufrido las tijeras de Rajoy y de Monago. Se han recortado las ayudas para libros. Han desapareado Programas pioneros que los socialistas habíamos puesto en marcha en los últimos años y que estaban siendo ejemplo en otras CCAA.
Y al mismo tiempo que todo esto ocurría en los Centros sostenidos con fondos públicos, se han mantenido, y en algunos casos ampliado, los conciertos con los Centros privados. Incluso con aquellos que practican la segregación por sexos en pleno siglo XXI.
El PP extremeño no ha sabido defender e implantar nuestra LEEx: una Ley Educativa apoyada y aprobada unánimemente por todos los partidos políticos. Una Ley que contempla la idiosincrasia propia de nuestra Región eminentemente rural.
Se han contagiado de la visión mercantilista que Wert tiene sobre cómo ha de entenderse la educación. Si permitimos que se implante la LOMCE y que se lleven a cabo las reformas anunciadas para las Universidades, sobre todo en materia de becas, estaremos apoyando una Educación elitista, dirigida a los que más posibilidades económicas tengan y que olvida principios tan fundamentales como el derecho a una educación en igualdad de oportunidades, se tenga el dinero que se tenga y se haya nacido en una ciudad o en el pueblo más remoto de nuestra tierra. Una educación de compartimentos estancos que supondrá obstáculos insalvables para muchos/as de nuestros niños/as y jóvenes. Que les obligará a decidir o, peor, decidirán por ellos, a una edad excesivamente temprana, qué ha de estudiar cada uno/a. Quiénes son válidos y quiénes deberán abandonar sus sueños y enterrar sus posibilidades.
El PSOE no está dispuesto a dejar que eso ocurra; No podemos permitir que esta tierra reviva tiempos que creíamos olvidados y que nos mantuvo hundidos y anulados durante décadas. Seguiremos defendiendo nuestras escuelas porque mejor que nadie sabemos que la educación de calidad y para todos/as es el único camino que nos posibilitará avanzar con fuerza y dignidad hacia el futuro.
Os animo a que continuemos atentos a las noticias que se vayan filtrando y nos preparemos para un verano caliente y movido. Tenemos la obligación, frente a las generaciones futuras, de defender nuestro derecho a elegir qué queremos estudiar y a que cada alumno/a reciba la mejor educación y se le preste la ayuda que necesite para su desarrollo integral como persona, como ciudadano y como demócrata convencido.
