Artículo de opinión de Guillermo Fernández Vara.- PSOE: Mudar o cambiar

No tenemos otro mundo al que poder mudarnos, decía Gabriel García Márquez, pero sí podemos cambiar este. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Los hombres y mujeres que formamos parte del PSOE llegamos a la conclusión hace dos años, tras las derrotas electorales, que junto a grandes aciertos que habían logrado transformar una parte de la realidad de nuestra sociedad -una Sanidad y una Educación públicas construidas a golpe de convicciones profundamente sentidas, o una ampliación de derechos y libertades individuales, que permitieron sustituir las calles estrechas de la desigualdad por amplias avenidas de igualdad, en la que poder ir juntos, mujeres y hombres, mayores y jóvenes, personas con más o menos capacidad, sin importar raza, sexo, color o religión- habíamos abdicado parcialmente de luchar contra el origen de una crisis para poder resolver la misma.Optamos, para evitar un rescate, por mantenernos en la economía del mercado libre y sin regulación alguna, en vez de luchar por una economía de mercado que permitiera ciudadanos libres. Eso nos llevó a una reforma de la Constitución, sin consultar a los ciudadanos, que situaba la satisfacción de los mercados de deuda por encima de la estabilidad social. Es verdad que las decisiones que se tomaron en 2010 tienen multitud de matices que las diferencian de las de los dos últimos años, pero también lo es que pudimos fallarle a mucha gente que no nos entendió. Hay reglas en la Democracia que están escritas y otras que no. Me preocupa más que no se respeten las segundas que las primeras. Porque éstas tienen tribunales que las tutelan y amparan, aquéllas se quedan huérfanas. Una de las reglas no escritas, que tiene mucho que ver con la decencia, es que no puedes llegar al gobierno ofreciendo unas medidas y llevar a cabo las contrarias. Antes hay que consultar a los ciudadanos. Por todo ello el PSOE ha decidido compartir con los ciudadanos las dos decisiones más relevantes que puede tomar un partido político. Por un lado, la definición de su proyecto político, con nueve meses de debate abierto, que ha concluido el pasado domingo en Madrid, con más de 12.000 enmiendas a la Ponencia elaborada desde dentro y desde fuera de nuestro partido. Y por otro, la decisión de que a partir de ahora los candidatos del PSOE a los gobiernos de España y de las CC.AA. los van a elegir los ciudadanos que así lo deseen, aunque no pertenezcan al PSOE, junto a los militantes. Es un paso valiente y arriesgado, como todo cambio. Un cambio real de modelo de partido, al que nadie podrá acusar de endogamia en la elección de sus candidatos. Si a eso le unimos que proponemos listas desbloqueadas, que significa que los votantes podrán marcar determinadas preferencias entre los que la componen, y listas cremallera en las que habrá el mismo número de hombres que de mujeres, podemos concluir que avanzamos en los cambios.Pero la Conferencia Política del pasado fin de semana fue mucho más que listas y candidatos. Fue sobre todo definir un nuevo proyecto político para España. Me quedo con una frase: La verdadera unidad de España consiste en darle más importancia a la caja única de la Seguridad Social, al Fondo de Compensación Interterritorial o al Fondo de Suficiencia del modelo de Financiación Autonómica, que a la letra de los himnos o al color de las banderas. La unidad de España hoy es para el PSOE el único que lleva la E de España en sus siglas, la defensa de todos aquellos instrumentos que nos permiten sentirnos iguales en derechos y en deberes. La solidaridad de la Constitución.Proponemos una reforma fiscal que intente acabar con la paradoja de un país que tiene un déficit inferior al fraude fiscal. Para eso apostamos por un nuevo modelo que permita unir rentas del trabajo, del capital y del patrimonio. No es justo que un trabajador que gana 20.000 euros tribute más que quien gana los mismos 20.000 euros en una operación de bolsa, con todo el respeto por quienes están en bolsa y por quienes tributan solo por su trabajo. En ocasiones son los mismos. Se declaran exentos de tributación a los parados, pensionistas y trabajadores con hijos a cargo que ingresen menos de 16.000 euros.Nos comprometemos a derogar una Reforma Laboral que permite que hoy el equilibrio entre empresarios y trabajadores se haya roto en favor de los primeros. Y no me preocupa en los casos en los que les mueve a unos y a otros el mismo convencimiento de salir adelante. Por eso hemos planteado un Pacto de Rentas. Cuando vamos bien lo compartimos y cuando no, también. Una especial atención a los autónomos y a las PYMES. No necesitan ayudas sino clientes. Esa es la mejor ayuda que podemos darle. Y que de una vez por todas fluya el crédito. Si no lo hace, Banco Público de Inversiones.Un país con 6 millones de parados y una tasa del 26%, cinco más que hace dos años. Una región con 170.000 parados y una tasa del 34%, once puntos más que entonces. Una España con más del 50% de paro juvenil. Una Extremadura con más del 60%. Se hace necesario un Plan de Empleo y de estímulo de la economía y del consumo. Lo dice Europa, pero se nos niega en España y en Extremadura.El cambio es ley de vida. Cualquiera que solo mire al pasado se perderá el futuro. El PSOE ha decidido apostar por ello. Cambiar, sí, pero no sólo para ganar. Sobre todo para convencer a una sociedad nueva, que es mucho más importante. (Artículo publicado hoy lunes, 18 de Noviembre en el Diario Hoy)

Optamos, para evitar un rescate, por mantenernos en la economía del mercado libre y sin regulación alguna, en vez de luchar por una economía de mercado que permitiera ciudadanos libres. Eso nos llevó a una reforma de la Constitución, sin consultar a los ciudadanos, que situaba la satisfacción de los mercados de deuda por encima de la estabilidad social. Es verdad que las decisiones que se tomaron en 2010 tienen multitud de matices que las diferencian de las de los dos últimos años, pero también lo es que pudimos fallarle a mucha gente que no nos entendió. 

Hay reglas en la Democracia que están escritas y otras que no. Me preocupa más que no se respeten las segundas que las primeras. Porque éstas tienen tribunales que las tutelan y amparan, aquéllas se quedan huérfanas. Una de las reglas no escritas, que tiene mucho que ver con la decencia, es que no puedes llegar al gobierno ofreciendo unas medidas y llevar a cabo las contrarias. Antes hay que consultar a los ciudadanos. Por todo ello el PSOE ha decidido compartir con los ciudadanos las dos decisiones más relevantes que puede tomar un partido político. Por un lado, la definición de su proyecto político, con nueve meses de debate abierto, que ha concluido el pasado domingo en Madrid, con más de 12.000 enmiendas a la Ponencia elaborada desde dentro y desde fuera de nuestro partido. Y por otro, la decisión de que a partir de ahora los candidatos del PSOE a los gobiernos de España y de las CC.AA. los van a elegir los ciudadanos que así lo deseen, aunque no pertenezcan al PSOE, junto a los militantes. Es un paso valiente y arriesgado, como todo cambio. Un cambio real de modelo de partido, al que nadie podrá acusar de endogamia en la elección de sus candidatos. Si a eso le unimos que proponemos listas desbloqueadas, que significa que los votantes podrán marcar determinadas preferencias entre los que la componen, y listas cremallera en las que habrá el mismo número de hombres que de mujeres, podemos concluir que avanzamos en los cambios.

Pero la Conferencia Política del pasado fin de semana fue mucho más que listas y candidatos. Fue sobre todo definir un nuevo proyecto político para España. Me quedo con una frase: La verdadera unidad de España consiste en darle más importancia a la caja única de la Seguridad Social, al Fondo de Compensación Interterritorial o al Fondo de Suficiencia del modelo de Financiación Autonómica, que a la letra de los himnos o al color de las banderas. La unidad de España hoy es para el PSOE el único que lleva la E de España en sus siglas, la defensa de todos aquellos instrumentos que nos permiten sentirnos iguales en derechos y en deberes. La solidaridad de la Constitución.

Proponemos una reforma fiscal que intente acabar con la paradoja de un país que tiene un déficit inferior al fraude fiscal. Para eso apostamos por un nuevo modelo que permita unir rentas del trabajo, del capital y del patrimonio. No es justo que un trabajador que gana 20.000 euros tribute más que quien gana los mismos 20.000 euros en una operación de bolsa, con todo el respeto por quienes están en bolsa y por quienes tributan solo por su trabajo. En ocasiones son los mismos. Se declaran exentos de tributación a los parados, pensionistas y trabajadores con hijos a cargo que ingresen menos de 16.000 euros.

Nos comprometemos a derogar una Reforma Laboral que permite que hoy el equilibrio entre empresarios y trabajadores se haya roto en favor de los primeros. Y no me preocupa en los casos en los que les mueve a unos y a otros el mismo convencimiento de salir adelante. Por eso hemos planteado un Pacto de Rentas. Cuando vamos bien lo compartimos y cuando no, también. Una especial atención a los autónomos y a las PYMES. No necesitan ayudas sino clientes. Esa es la mejor ayuda que podemos darle. Y que de una vez por todas fluya el crédito. Si no lo hace, Banco Público de Inversiones.


Un país con 6 millones de parados y una tasa del 26%, cinco más que hace dos años. Una región con 170.000 parados y una tasa del 34%, once puntos más que entonces. Una España con más del 50% de paro juvenil. Una Extremadura con más del 60%. Se hace necesario un Plan de Empleo y de estímulo de la economía y del consumo. Lo dice Europa, pero se nos niega en España y en Extremadura.

El cambio es ley de vida. Cualquiera que solo mire al pasado se perderá el futuro. El PSOE ha decidido apostar por ello. Cambiar, sí, pero no sólo para ganar. Sobre todo para convencer a una sociedad nueva, que es mucho más importante.

 

Guillermo Fernández Vara
Secretario General del PSOE de Extremadura

(Artículo publicado hoy lunes, 18 de Noviembre en el Diario Hoy)

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